jueves, 14 de abril de 2011

Fragmento de mi novela


EL FIN



¿Amigo? Esa es una palabra importante ¿Qué te parece Ras?
Corto Maltés, de la Balada del Mar Salado por Hugo Pratt.

I

Me quedé sin balas.
Entonces me recosté en donde las paredes forman esquina y me encomendé a dios y maría santísima. 
Desde aquel lugar, a la muerte se la veía rara; en la cara desabotonada del Juan que apretaba el gatillo del tambor vacío, en el cuerpo - distante del alma - del negrito, en los temblores de la vieja y en los mocos del pequeño ¡ja! la cordura se balanceaba en el techo, el gaucho negro se mantuvo unos minutos, tal vez unos segundos, mirándome fijo, tan fijo que como una tímida adolescente bajé la mirada y la dejé en el suelo, despreocupado de las balas que nos caían en picada sobre el comedor, vi, al trasluz de un rayo de sol, a los polvillos cobrar mierdosas formas Juan, pasame la ginebra, tomá, quedan balas Juan, sí, y me alcanza las dos últimas, de acá nos sacan con las patas pa´fuera querido, Payo ¿vos que decís? que has perdido finalmente el miedo y tira con todo lo que tiene que no es más que aire y ríe descarado y me trae a la memoria al Juan que me llevó un sanguche de salame y queso al velorio de mi viejita y mientras apunto por la mirilla de la carabina me tapa el ojo una lágrima tan triste, tan triste está la pobrecita, que me da pena secarla, no es momento para matar una lágrima con el antebrazo ¡el olor de la carne podrida ya es parte nuestra!
   Toda balacera, se empieza esperando el final, uno sabe que va a tener un fin, pero esta vez no ha sido así porque del otro lado hemos dado con un impiadoso. Juan lo entendió también de esa manera ni bien hubo disparado la última nada, y se fue para el fondo del comedor, a darse el último gusto.  

Los sucesos se ralentaron por delante de mi mirada sucia, como en cinemascope; en la cabeza, tras de mis aturdidos ojos, nace un vacío silencioso al que siguen mis oídos medio muertos, medio dormidos, soberanamente agotados de explosiones y ruidos de mampostería rota, de los gritos de la mujer y del llanto precavido del niño -  pobrecito, llora como pidiendo perdón, como si todo fuese su culpa -,  compungidas mis orejas se han rendido a las plegarias indescifrables de Juan, él en su salsa, dando pena, nada ha cambiado Juan, le grité, y el cinemascope me mostró a los hacedores de aquellos gritos que se me sientan a la orilla de la cama cada noche: la mujer abrazando al niño, acostados en el piso los dos, yo estoy boca arriba ahora, el niño boca abajo, con la carita pegada al piso me mira, su mirada camina por el suelo, la mujer, tiene la frente apoyada en la orilla del camastro, gime gemidos roncos atragantados de moco, suda miedo, se ha prestado todo tan lento a mi vista, que creo ver las balas, displicentes las veo, como si fuesen aeroplanos surcando el cielo del comedor estrellándose contra la pared y el tocadiscos, han muerto al duque...

miércoles, 6 de abril de 2011

Fragmentos de El emperador del Mal.

"- Veamos la mano de un niño de tres años, pongámosla sobre un papel y dibujemos sus contornos; después, sin quitar la manito del papel, logremos que un basquetbolista coloque su mano sobre la del pequeño, y la orillemos con un lápiz: así, dibujamos el mapa de las desigualdades. "



..."El entonces jovencísimo emperador improvisó con una hoja tamaño oficio, desprendida de un expediente, y cinta adhesiva, una pizarra. Tomó un marcador fosforescente y llamó a voces al resto de los empleados. Ubicó horizontalmente la hoja y en su parte superior escribió en mayúsculas la palabra “comuna”. Interesados, la mayoría se alejó un rato de la abulia y del mate y escuchó atentamente la explicación. El chico es brillante, sin duda, se dijeron los unos a los otros: algunos entendieron, finalmente, que tenían un trabajo por hacer. El emperador elevó su voz re significando la valiosa labor de un abnegado empleado municipal, uno que otro no pudo superar las lágrimas y los baños se atestaron de empleados sollozantes. La historia de aquel municipio nunca fue la misma, la emoción primó en el día a día y el sindicato de municipales puso todo su poder de fuego a merced del emperador. Ese día el intendente fue asesinado por un grupo comando de origen desconocido."   


"Cuando los amaneceres no son exactos, se suceden horribles problemas en la comunicación. La cuestión es la siguiente: se ha descubierto finalmente en este año de nuestro señor, que el tiempo es personal, no es infalible, mucho menos perfecto, por lo tanto el amanecer no empieza a la misma hora para todos y cada uno de los hombres, como nos han hecho creer durante los siglos precedentes. Entonces sucede lo siguiente: cuando dos personas hacen coincidir el horario de sus amaneceres, sale el sol para ambas, entonces elevan sus sonrisas y, se cree, se autorizan a si mismas y las unas a las otras a creer en un mundo mejor. Pero  cuando dos personas amanecen en horarios distintos (cuanto más alejados los horarios es peor) esos dos seres se detestan: si han dormido juntos, el que permanece en la cama o en la puerta del baño esperando al otro, odia con furia inusitada el ruidito del cepillado de dientes, el ruido atroz de las canillas abriéndose y cerrándose. Generalmente lo que ayuda a atenuar la situación es el olor del café, el olor del café siempre, raramente no mejora el ánimo.
   He aquí la explicación del porque del malhumor consuetudinario: para evitarlo es necesario compatibilizar los horarios de los amaneceres de todas las personas del mundo.
   Y en esta tarea se embarcó tenazmente El Emperador del Mal, con la ayuda de Santiago Vázquez, autor de la teoría “De los amaneceres inexactos”, "


sábado, 2 de abril de 2011

Fragmentos de "El Catequista"

Día 1  

Cuando el gris de los cielos invernales se desploma sobre un barrio como Las Palomas Boludas, las tardes son más deprimentes y abúlicas que para el común, los rubios niños permanecen a salvo en las casonas y el verde insistente de los jardines se perpetúa contrariando la naturalidad de las estaciones: Es que algunos propietarios de Las Palomas Boludas insisten en ser dueños de todo, hasta del clima ¡Qué puede decirse de un domingo en aquel lugar!  Lejos de ser un páramo exquisito, se acentúa la abulia en las superficies pavimentadas con privada perfección, aunque, la peor hora, aún no ha llegado. Ahora sí: el sol ha caído y le ha dado vida a las muertas farolas.
    Mi vida no es distinta de la del resto de los habitantes de Las Palomas Boludas, pero a mis quehaceres diarios, he sumado una afición vergonzante: levanto putos en el Chat. No es un vicio sino más bien un juego, es como... es como cuando uno sale de vacaciones con la familia, siguiendo durante la mayor parte de las horas la ruta trazada, y alguna vez, una vez cada tanto, se desvía de ella (solo, claro) para conocer algún pueblito triste y harapiento, tal cual esa gente; es claro, no me gustan los hombres, intento convencerme. A ningún varón de Las Palomas Boludas le gustan los hombres. Repito – intento convencerme – no es más que un juego, una sucia desviación primaria desprovista de sentimientos, todos necesitamos algo de mugre que lavar, supongo, sino, ¿cómo ganar el cielo? En Las Palomas Boludas la noche ha vuelto, otra vez, y felizmente el domingo termina. Mañana he de salir hacia la parte inerte de La Ciudad.

Día 2

Los verdes priman en las mañanas, entonces la esperanza se expande por el césped de los jardines, de las plazoletas, el césped y su cuidado son, en Las Palomas Boludas, un motivo más que importante para seguir luchando. Estoy seguro de que, tanto mis vecinos como yo, durante nuestro viaje a La Ciudad, escuchamos la misma radio, a la derecha del dial. Las casillas se amontonan a ambos lados de las ventanillas del auto, ¡tanta gente hay olvidada de la mano de Dios!, sus casas son feas y, me gustaría tanto, a veces lo pienso y lo veo tan difícil, pero no puedo sacármelo de la cabeza, es una idea fija la de pelear y convencer a mis vecinos para que, por lo menos, compartamos parte de nuestro césped con esta gente ¡Nada nos costaría desprendernos de unos metros de pasto!
...Los días en los que el tiempo me sobra, escribo y vomito culpas, unas veces mis escritos son oscuros como catacumbas cristianas, otras veces son tan originales y divertidos que no alcanzo a entenderlos. Alguna tarde bosquejé el muy útil PEQUEÑO MANUAL PARA LEVANTAR PUTOS EN INTERNET. Consta de unas pocas pero eficientes indicaciones y lo pongo a su entera disposición.

PEQUEÑO MANUAL PARA LEVANTAR PUTOS EN INTERNET

1 – Proceder al encendido de la computadora
2 – Chequear la conexión a Internet.
3 – Buscar un canal de Chat local.
4 – Elegir un nick (especie de sobrenombre usado para ocultar la verdadera identidad de una persona. Puede usarse también como indicador de la búsqueda, por ejemplo: Buscoputo45 o similar. Acompañarlo de un número, indicador de la edad, puede ser de mucha ayuda para agilizar el trámite)
5 – Dirigirse al costado derecho de la pantalla donde generalmente se hallan, en un recuadro, los demás usuarios.
6 – Revisar los nick, atendiendo básicamente a los que indiquen que se trata de un puto.
7 – Dirigirse a él con un saludo.
8 – Esperar el saludo de respuesta, el que generalmente precede a la siguiente pregunta: - ¿Qué buscas?
9 – Responder a la pregunta directamente con la palabra: sexo (el coqueteo es inútil)              
10 – Responder luego a la inevitable pregunta del engendro: - ¿Act o pas? (Activo o pasivo)
11 – Responder por uno o por otro, nunca decir, por ejemplo, “Amplio”. Puede prestarse a confusiones. El macho, responde: - Act.
12 – A medida que se desarrolla el diálogo, observar atentamente ciertas señales, a saber: a – Vocabulario usado y uso de la ortografía (ayuda a conocer sobre la edad y la condición socio cultural del individuo), b – Ejercicio precoz de la mariconada (algunos individuos se muestran inmediatamente maricas, otros esperan un rato; en todos los casos atenerse a las preferencias), - c – Uso de groserías y pedidos extraños, d – Desconfiar de los que se ofrecen en grupo y/o piden dinero
13 – Concretar el arreglo (generalmente esa gente no tiene un lugar decente donde ir)
14 – Concretar el arreglo físicamente, encomendarse a Dios para que no lo roben a uno.
   El manual incluye ejemplos prácticos como por ejemplo el uso de técnicas amatorias básicas (entre hombres, claro) y la solución a diferentes problemas que pueden presentarse.

sábado, 19 de marzo de 2011

Imagen

Ha sacado, por la claraboya del baño, el corazón. – Es que pedía aire y luz – me dice; ahora, nada más lo sostiene en la mano derecha y, antes de devolverlo al  pecho, lo mima con las mejillas y la punta de la nariz.


viernes, 18 de marzo de 2011

Fragmentos de la primera parte de la novela

REDENTO
         

                                                            ¿Acaso no podéis curar a un espíritu enfermo, arrancar de su                                                       memoria un dolor arraigado, borrar el pesar escrito en su cerebro y con algún dulce antídoto, liberar su agobiado pecho de todo el veneno que le oprime el corazón?
                                                                                                                     W. Shakespeare: Macbeth  
  
  
“Vos tenís la sangre mala, mal parido, la misma sangre que le reventó como un guascazo las venas a tus hermanos; eso es porque sos igualito a tu madre y al malentrañao de tu agüelo ¿sabías vos que me la tiró en la puerta de las casas, como a un perro, pa´ sacársela de encima y no tener que darle de comer? (se agarra otra vez la panza y se arquea tanto que casi junta la cabeza con los pies). Vos olés la sangre, la llamás a tu lao, y la muerte y el resentimiento te han de seguir como perros falderos...”

“Haceme caso, quedate en este rancho y no andés sembrando las desgracias por todos laos, buscá mujer aunque no te guste y casate.”
   
Entonces, escupió en el piso de tierra, se santiguó tres veces y se murió con los ojos secos, abiertos. Chau viejo vizcacha le dije mientras le cerraba los ojos, muerto de risa.








PRIMERA PARTE

Domesticar una araña es cuestión de paciencia: es un bicho desconfiado al principio, huraño y peligroso, sin embargo, contra lo pensado, no pica apenas se hospeda en el cuerpo, no, sólo lo hace si siente temor. El proceso es lento pero irreversible: si la araña lo quiere a uno, no va a picarlo jamás, fabrica redes hermosas sobre el cuerpo, hilos que acarician los pelos del pecho y de los brazos, camina sobre del amo con prestancia y soltura, seductora, a veces creo que al quedarse quieta está pidiendo dormir una siesta juntos, pero no sé, han de ser ideas mías.
  Como es frágil, merece ser atrapada con delicadeza, a la Deolinda la guardé en un frasco grande, de esos de dulce que ya no vienen (ahora hasta de plástico son, el dulce toma gustos indecibles de vaya a saber qué porquerías, lo que fue durazno tiene hoy sabor a nave espacial) porque allí no se siente enjaulada sino libre en una pradera de vidrio por la que puede correr, ilimitada; para lograr este efecto debe acostarse el envase, porque si uno lo deja parado, la pobre intenta trepar y resbala sin cesar, y no hay razón que justifique poner a sufrir a una araña.
   Una vez cautiva, debe uno ganar su confianza: antes que nada, hay que darle de comer. La dieta resulta económica, por eso es una mascota recomendable para los pobres que, como yo, nunca estuvimos en condiciones de comprar alimento para arañas. Con moscas y cucarachas, alguna langosta (abejas no, porque es un bichito muy útil) y otras criaturitas, la araña se conforma y no pide más.
   De a poco hay que acercarle el calor de la mano, primero arrimándole un dedo o dos, solita se acerca acostumbrándose al cuerpo, se lle nota asustada, pero uno, si presta atención se da cuenta de cómo se envalentona en cuestión de nada, es un bicho valiente la araña si uno se pone a pensar, se enfrenta con animales mucho mayores que ella como las cucarachas, las mismas moscas y hasta los alacranes, baste pensar que algunas pueden matar un cristiano. Olvido lo importante: a la comida hay que dársela viva, porque sino no la come. A las arañas no les gusta que les regalen nada, no se conforman con menos que terminar el trabajo.
   Por fortuna le gustan harto las baratas, y como la pieza está llena, le tengo la subsistencia garantizada: sé que siempre he de hallar por lo menos una en la alacena, la atonto con la palma de la mano y antes de arrojarla al vacío del frasco, con la punta de un lápiz le toco para ver si mueve las patitas en asquerosos estertores.
   A las moscas les saco las alas y con quieto detenimiento me siento para ver como les duele el veneno, sí... pensándolo mejor, la araña es un animal cruel, porque sabe que la parálisis desespera, y si lo sabe, ha de disfrutarlo como todo bicho que detenta el poder, camine en ocho, cuatro o dos patas.
   Cumplido el primer paso empieza a notarse que a la bicha le gusta la tibieza, entonces podemos dejarla que se encarame a un dedo, que tome el reverso de la mano, si hay pelos mejor, le gustan; hay que quererla, sin miedo, porque no es una mujer ni un amigo, y si uno la cuida, no se violenta con ella y le muestra respeto, la araña respeta.
   Con la Deolinda las cosas se han dado así, con total naturalidad, nos queremos y respetamos tanto que después de ella, no he pensado en tener otra araña, es que soy hombre de aferrarse a pocas cosas. Eso sí, he tenido siempre la precaución de mantenerla alejada del cuello, por si las moscas, porque no me acuerdo quien – pero era uno que sabía - me dijo que las venas de por esos lados la pueden engolosinar y si pica ahí, no hay vuelta. Y como dije, nos queremos tanto... lo demuestra ella, una reina, coronando a este triste peón y soldado con un cariño único que consigue hacer agonizar de a retazos a la melancolía; después yo tomo la tela y la pongo entre los dedos y desplegándola al sol acaricio con la vista las formas concéntricas, los colores extremos que los rayos colPublicar entradaorean sobre los hilos y me siento nuevamente amado por la Deolinda. Esos días, la mimo con un comepiojos, a veces me lleva todo el día encontrar uno.