miércoles, 6 de abril de 2011

Fragmentos de El emperador del Mal.

"- Veamos la mano de un niño de tres años, pongámosla sobre un papel y dibujemos sus contornos; después, sin quitar la manito del papel, logremos que un basquetbolista coloque su mano sobre la del pequeño, y la orillemos con un lápiz: así, dibujamos el mapa de las desigualdades. "



..."El entonces jovencísimo emperador improvisó con una hoja tamaño oficio, desprendida de un expediente, y cinta adhesiva, una pizarra. Tomó un marcador fosforescente y llamó a voces al resto de los empleados. Ubicó horizontalmente la hoja y en su parte superior escribió en mayúsculas la palabra “comuna”. Interesados, la mayoría se alejó un rato de la abulia y del mate y escuchó atentamente la explicación. El chico es brillante, sin duda, se dijeron los unos a los otros: algunos entendieron, finalmente, que tenían un trabajo por hacer. El emperador elevó su voz re significando la valiosa labor de un abnegado empleado municipal, uno que otro no pudo superar las lágrimas y los baños se atestaron de empleados sollozantes. La historia de aquel municipio nunca fue la misma, la emoción primó en el día a día y el sindicato de municipales puso todo su poder de fuego a merced del emperador. Ese día el intendente fue asesinado por un grupo comando de origen desconocido."   


"Cuando los amaneceres no son exactos, se suceden horribles problemas en la comunicación. La cuestión es la siguiente: se ha descubierto finalmente en este año de nuestro señor, que el tiempo es personal, no es infalible, mucho menos perfecto, por lo tanto el amanecer no empieza a la misma hora para todos y cada uno de los hombres, como nos han hecho creer durante los siglos precedentes. Entonces sucede lo siguiente: cuando dos personas hacen coincidir el horario de sus amaneceres, sale el sol para ambas, entonces elevan sus sonrisas y, se cree, se autorizan a si mismas y las unas a las otras a creer en un mundo mejor. Pero  cuando dos personas amanecen en horarios distintos (cuanto más alejados los horarios es peor) esos dos seres se detestan: si han dormido juntos, el que permanece en la cama o en la puerta del baño esperando al otro, odia con furia inusitada el ruidito del cepillado de dientes, el ruido atroz de las canillas abriéndose y cerrándose. Generalmente lo que ayuda a atenuar la situación es el olor del café, el olor del café siempre, raramente no mejora el ánimo.
   He aquí la explicación del porque del malhumor consuetudinario: para evitarlo es necesario compatibilizar los horarios de los amaneceres de todas las personas del mundo.
   Y en esta tarea se embarcó tenazmente El Emperador del Mal, con la ayuda de Santiago Vázquez, autor de la teoría “De los amaneceres inexactos”, "


No hay comentarios:

Publicar un comentario